Las organizaciones han ido evolucionando a lo largo del tiempo, en tiempos actuales se habla mucho de diversidad, inclusión, sentido de propósito y organizaciones más humanas, pero aún hay mucho por seguir aprendiendo de las buenas experiencias para seguir mejorando. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo que evaluó en América Latina a las compañías con al menos un 30% de mujeres en puestos de decisión y aquellas que no tienen mujeres, se encontraron mejoras significativas en algunos indicadores importantes de performance:
👉58% tiene que ver con mejoras en la rentabilidad y productividad
👉54% con la capacidad de atraer y retener talento
👉51% con mayor creatividad, innovación y apertura
👉52% se relaciona con el prestigio de la empresa
👉54% con poder hacer una mejor lectura del interés y la demanda de los consumidores internos y externos
A lo largo de mi experiencia liderando equipos de alta dirección, he comprobado que cuando contamos con equipos más diversos, el valor del equipo generalmente es mayor que la suma de las partes porque las diferencias nos permiten enriquecer la toma de decisiones. El valor de la inteligencia colectiva ampliada es muy valiosa.
Existen sesgos de personalidad que cada persona tiene, cuando se amplifica la perspectiva es posible neutralizarlos, la clave es que el equipo tenga la confianza y la visión compartida hacia el mismo objetivo en común. Es natural que una persona sienta mayor comodidad en relacionarse con otro que piense/opine muy parecido a uno, el riesgo de esto es que nadie vea una perspectiva más ampliada. Ahora bien, cuando otros piensan/opinan de una forma muy diferente, aunque hay incomodidad, lo valioso es poder escuchar activamente, tener la empatía para ponerse en otros zapatos y al final como equipo que puedan llegar a un acuerdo en conjunto que sea superador, teniendo en cuenta la diversidad de opiniones y co-creando una decisión relevante para la conducción y la mayor efectividad de la empresa.
De esta manera, es muy importante dar el espacio a las mujeres en la toma de decisiones, y lograr mayor diversidad, mayor colaboración, más abierto al diálogo, todos atributos muy necesarios para el liderazgo sustentable y de mayor impacto positivo para el negocio porque fomenta el sentido de compromiso.
En diálogo con Andrea Grobocopatel, destacada empresaria de Argentina y presidenta de la Fundación FLOR (Fundación Liderazgo Organizaciones Responsables), ella nos comentó: “Debemos abrazar la singularidad de cada persona, buscando la creatividad colectiva y la innovación. Las organizaciones deben generar sentido de pertenencia y co-responsabilidad.”
Claro que aún falta mucho para que se logre una paridad de género en la alta dirección, pero en tanto seres humanos que somos, debemos reconocernos como eternos aprendices. Entonces ¿cómo podemos fomentar el liderazgo diverso desde nuestros roles? Algunas ideas:
✅ Haciendo conscientes los prejuicios que limitan el espacio a las mujeres
✅ Poner el tema en agenda, trabajar para generar espacios en la mesa directiva
✅ Identificar a las mujeres que quieran ocupar posiciones de alta dirección
✅ Acompañarlas en el desarrollo de sus talentos para que puedan llegar sin resignar intereses personales
Tomar acciones concretas hacia la construcción de un liderazgo más diverso beneficia ampliamente a las compañías enriqueciendo no sólo la toma de decisiones sino generando valor para el mercado y para la sociedad. Los invito a ser el cambio que queremos ver en el mundo, siendo agentes de cambio positivo y responsables de promover un mejor liderazgo y un mundo mejor.
Artículo escrito con la colaboración de Anabel Perrone, Co-Founder & CEO Because Energy Matters, miembro del Comité de Diversidad de IDEA y miembro de WCD Argentina (Women Corporate Directors).