Leo un artículo sobre las clases medias, OJO, publicado, en 2016 en periódico El Mundo por la periodista Cristina Caballero, donde expone lo siguiente:
«Aparentemente, estamos ante un cadáver: la clase media no tiene conciencia de serlo; sobrevive inerte, sin movilidad. Se ha rendido. El pilar donde se asentaba, la estabilidad, se ha roto para siempre. Aquellos que pensaban que, si uno trabajaba duro, si era honrado, disciplinado, ahorrador y decente, el porvenir le iría bien y podría ofrecerles a sus hijos una vida mejor, están totalmente perdidos. Esa regla, ese pacto implícito que tenía la clase media con el resto de la sociedad, se ha hecho trizas con la crisis”.
Como padre y abuelo, pienso que el futuro de las generaciones actuales y futuras es aterrador. Creo que sobran las palabras, en una sociedad donde las clases medias y #pymes deben ser el mayor patrimonio para una sociedad avanzada, desarrollada y libre. La inexistencia de esta clase, es una cuestión de tremenda importancia, carecer de ella nos lleva a una sociedad sin espíritu emprendedor. Que la mayoría de los jóvenes no quieran ser emprendedores, para convertirse más tarde en empresarios, creo que nos lleva a una decadencia como colectivo.
Promocionar el espíritu empresarial y emprendedor, es trabajo de todos los empresarios actuales. Hay que explicar a los jóvenes las ventajas de poder crear su empresa o negocio, y por qué no decirles los riesgos y los sacrificios que deberán asumir al dar este paso en su vida.
Con esto no quiero decir que todos los jóvenes o todos los ciudadanos tengan que ser empresarios, Dios me libre. A la sociedad se le enriquece desde todas las posiciones laborares, desde mandos intermedios, profesionales liberales, funcionarios y por supuesto trabajadores. Todos somos importantes para la cadena laboral funcione, si esto funciona se incrementa y crecen las clases medias.
Si la sociedad se acostumbra a las pagitas y las subvenciones, nos llevara a un callejón sin salida. Es un cáncer que otras sociedades en otros países han vivido y les han llevado a un callejón sin salida o con una salida muy difícil.
Por otro lado, e igual de importante es la fiscalidad que soportan las clases medias, el tremendo aumento de precios en el 2022, con una inflación imparable. Nos llevan a una situación muy compleja, que no se vivía en España desde hace más de cuarenta años. Además de echar balones fuera, ¿qué ha hecho este gobierno para suavizar estos problemas?, nada. Echar la culpa de todo a Putin y operaciones de maquillaje, que luego pagamos todos.
¿Dónde está aquella frase de nuestro presidente? «No vamos a dejar a nadie atrás». Están dejando «atrás» a las clases medias. ¿Por qué? ¿A quién le interesa? Que cada uno saque sus conclusiones y nos contestemos a nosotros mismos.
No obstante, siempre hay futuro, siempre vuelve a amanecer. Hay que seguir luchando ¡¡¡ Siempre hacia adelante!!!