El Happytalismo es la piedra filosofal de la Fundación : worldhappiness.foundation y el Festival. Es la base teórica de nuestro ecosistema mundial.
Para explicarlo con detalle, Luis Gallardo y Javier García Campayo han escrito conjuntamente un libro que será presentado este mes de octubre, titulado “Happytalismo: un nuevo sistema para un mundo feliz”.
En primer lugar, los seres humanos nacemos y nos encontramos viviendo en estructuras que ya están creadas. De hecho, muy pocos de nosotros hemos contribuido a generar estas estructuras y menos aún los sistemas de convivencia. Cada época ha tenido su sistema y hoy en día el capitalismo marca nuestra vida.

Sin embargo, llega un momento en que no se permite ir mas allá. En este caso, la llamada a la acción es pensar qué sistemas necesitamos para que los seres humanos se desarrollen en plenitud.
Desde la Fundación consideramos que los sistemas que hemos probado no nos llevarán al siguiente nivel. El happytalismo es un sistema que esta basado en el sentido último, que consiste en que el ser humano sea lo más feliz posible.
Hace 50 años, cuando le preguntaron al cuarto rey de Bután, ¿qué esperas de tu gente?, este contestó: “Yo lo que espero es que mi gente esté lo más feliz posible”.
Fue en ese momento cuando se montó un grupo de investigación formado por intelectuales, economistas y políticos, que se planteó la necesidad de medir a nivel individual la felicidad.
Lo que se busca es maximizar la felicidad mas allá de lo que nos permite alcanzar el sistema actual. Nos falta un poco de consciencia a los seres humanos para poder desarrollarnos en plenitud y el happytalismo lo que hace es poner las bases para que podamos pasar el siguiente nivel.
El sistema happytalista se mide a partir de un índice que está inspirado en la Felicidad Interior Bruta (FNB) del gobierno de Bután. Este índice está basado en cuatro pilares y nueve dimensiones y llega hasta cuarenta indicadores, que van desde cuánto tiempo dedicamos a dormir, hasta qué tipo de relaciones tenemos con los demás, cómo integramos la vida laboral y personal, y cómo integramos nuestro ser en las actividades culturales de nuestras comunidades.
Entonces, para medir el happytalismo, la idea es aplicar este tipo de indicadores con el objetivo final de ser más felices.
Cambio de paradigma para el mundo actual
Ahora mismo todo está al revés: solo se trabaja para crecer, pero ese crecimiento, a veces forzado, lo que provoca es mucha presión. Y los líderes que no son conscientes de lo que significa, trasladan esa presión sobre la ciudadanía, a la fuerza laboral, y por eso te encuentras que más del 80% de la gente no es feliz con su trabajo, aparte de no saber encontrar el propósito de su propia vida.
Se trata de una llamada a la acción para empezar un cambio. Los sistemas sociales tardan en cambiar, llevan muchas generaciones en evolucionar y nosotros lo que hacemos es un planteamiento de diálogo y, sobre eso, ver hasta donde podemos llegar.
La sociedad actual está definida por tres conceptos: la competición, la queja y la comparación. Estas tres realidades definen cómo nos movemos en sociedad y lo que está provocando en los ciudadanos es mucho estrés, presión, obsesión y ansiedad.
“Imaginemos un sistema en el que, en vez de competir, cooperas, en vez de quejarte, buscas lo bueno, y en vez de compararte, intentas ser la mejor versión de ti mismo. Cuando realmente tienes autocompasión y entiendes por qué pasan las cosas, eres consciente de quién eres y tienes una atención plena de lo que está pasando a tu alrededor, eso te da una serie de herramientas que puedes utilizar para crear un impacto.
Lo que proponemos desde nuestro ecosistema es revisitar los modelos pasados que, por inercia, se siguen utilizando. Incluso, ver la posibilidad de crear nuevos modelos en un momento en que ya no deberíamos estar hablando de materialismo en economía sino de fluidos, de física cuántica, en el que la energía se crea constantemente. Lo que nosotros nos preguntamos es cómo nos adaptamos a la nueva física y cómo desarrollamos más colaboración.
La felicidad como objetivo último
Todos los estudios sobre felicidad concluyen que, al final, para ser feliz, hay que ayudar a los demás y también el hecho de tener relaciones relevantes que ayuden a desarrollar la confianza. Por lo tanto, es importante intentar incentivar esas dos dimensiones, aunque eso suponga un cambio mental. Este sistema basado en el objetivo último de la felicidad requiere muchísima conciencia y requiere saber aliarse, trabajar juntos, por un impacto.
Cabe destacar que éste no es un movimiento revolucionario que busca destruir lo que hay, pero ya se está trabajando y dedicando el tiempo necesario para entender cómo se crean nuevos paradigmas de desarrollo.
Debemos sacar la contaminación del sistema y movernos por objetivos de impacto social, de impacto humanitario y sobre eso organizar el resto de recursos. No necesitamos más actores, lo que necesitamos es un cambio de mentalidad.
Consideramos que la clave está en centrarnos en ser, y no en tener o hacer. Ése es el camino. Y es muy fácil, tú puedes aspirar a tener todo lo que quieras, pero nuestra idea es que la gente sea todo lo que es y que llegue el momento en que pueda decidir querer o no tener más, pero que lo decida porque se conoce y sabe que está entendiendo quién es y quiénes son los demás.
¿Te unes? Sé felicidad.
