El liderazgo es la mejor forma de generar un ambiente laboral positivo que adopte los cambios como desafíos profesionales individuales y colectivos. ¿Cuáles son las actitudes necesarias para ser un líder?
¿Cuántas veces criticamos a nuestros jefes por no darnos la respuesta esperada, el reconocimiento necesario, los días libres solicitados, el aumento de salario tan esperado o justificamos sus actitudes por un mal día? La neurociencia puede definir qué es ser un líder.
Un líder entiende que el éxito de los demás puede ser una forma de seguir aprendiendo, propone cambios consensuados, promueve la creatividad y motiva al grupo con un reconocimiento permanente de las mejoras individuales y grupales. Además, valora los esfuerzos y procesos, a pesar de, en ocasiones, no lograr los objetivos.
El ambiente laboral se ve afectado por acostumbrarse a un feedback negativo que resta potencial. El cerebro tiende a defenderse, atacar o contraatacar. Los empleados se predisponen a la frustración. No prestan atención suficiente a cómo hacer las tareas y no aportan nuevas ideas, soluciones o innovaciones laborales.
“Los cambios se logran cuando están liderados y sucede la mejora del ambiente laboral”, asegura el neurocientífico, Estanislao Bachrach. En este contexto, el profesional destaca que es biológicamente normal que los cambios generen cierta “incomodidad” por lo desconocido.
Los líderes promueven las nuevas estrategias laborales como desafíos profesionales. Los objetivos empresariales deben ser priorizar el valor humano, los procesos, el esfuerzo y la predisposición de los empleados.
Abierto al diálogo, con autocrítica y buen trato
Un líder debe estar preparado para corregir, sin criticar. Generar interacciones basadas en el respeto y valorar las opiniones de los demás. Resolver los problemas de forma civilizada, sin suprimir o censurar a nadie, hacen que el ambiente sea más saludable. Rechazando las incomodidades propias de un empleado inseguro y disconforme.
Un empleado gasta muchas energías para suprimir sus emociones, disminuyedo su capacidad y calidad de producción. En este contexto desfavorable, se confunden emociones y se tiende a generar sentimientos vinculados al resentimiento, bronca, individualidad o conformismo.
Existen algunas recomendaciones para promover un liderazgo positivo:
1- Priorizar los procesos ante los resultados
2- Valorar el esfuerzo y compromiso
4- Facilitar un ambiente laboral sano y libre de egocentrismos
5- Explicar que los cambios empresariales son desafíos profesionales
6- Reconocer el trabajo bien hecho
7- Establecer autocrítica, reconocer errores y estar abierto al diálogo
8- Fomentar la creatividad y la innovación
9- Corregir situaciones sin criticar o agraviar
10 – Generar un ambiente de buen trato y respeto permanente