¿Ayudo o vendo?

Casi todos los días escuchamos a alguien hablando de motivación, objetivos, ventas, misión, visión, etc. Palabras que están de moda, algunas manidas y vacías de valor ya.

Sabemos que las personas afortunadas que tenemos trabajo tienen diferentes actitudes en su día a día. Algunos son negros y no por el color de su piel, sino por su cabeza. Todo en ellos es negativo y lo que su mente ve es más de lo mismo. Luego están los grises, esos que están de perfil y son neutros, parece que no sienten ni padecen, aportan cero. Por último, tenemos a los amarillos, los que brillan, los que tienen un interior alegre, los que se levantan a diario con luz, con ganas ¿por qué?

Seguro que tú quieres ser de estos últimos, por no sabes cómo conseguirlo. Decir que son personas positivas es lo que estabas esperando leer, pero si te digo que del «no» hacen un «sí», que cada día se levantan con una sonrisa, que las ganas de que todo vaya bien, hace que así sea, que contagian su actitud positiva a los demás, que cuando entran en su trabajo, sus compañeros se alegran… ¿te parece algo difícil? Seguro que sí estás sano, lo ves facilísimo. ¡Ponte manos a la obra!

La anécdota que os voy a contar, me ha ocurrido esta semana. Cómo ya sabéis, son agente inmobiliario. En una visita que hice a un piso de los alrededores, sencillo, acompañé a una señora que venía con su hija ya casada y les encajó lo que vieron, pero por tranquilidad, quería vender su actual vivienda para comprar sin agobios.

La mayoría de los vendedores estarían viendo la oportunidad de 2 ventas simultáneas y se les pondrían los ojos como al Tío Gilito. Los amarillos toman otra actitud. Ven a la persona que pueden ayudar y esa, esa es su motivación real. No la venta, no el dinero que van a obtener, no el movimiento de stock. Ven PERSONAS a las que pueden AYUDAR y se ponen a su SERVICIO, sin pensarlo, sin darle vueltas. Le sale natural y consigue la felicidad plena (la compensación económica también forma parte de la recompensa, pero no es su principal motivación).

Cuando en lugar de vender, buscas ayudar, la venta de hace sola y además consigues una relación de confianza y el cliente se convierte en un prescriptor y te da lo que tú le diste primero, ayuda. ¡Qué bonito se ve el mundo desde esta perspectiva! ¿Te apuntas al movimiento “servicio”?

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